La verdadera heroína de Game of Thrones, la mujer que se lleva todos los elogios

Los protagonistas actuales y pasados de Game of Thrones llenaron el Radio City Music Hall de Nueva York el 14 de abril para el estreno mundial de la octava temporada de la saga. En los agradecimientos antes de la proyección, los creadores David Benioff y D. B. Weiss se dirigieron a alguien a quien la mayoría de la audiencia no reconocería.

“Logramos llegar hasta aquí únicamente gracias a Bernadette Caulfield, la mejor productora de nuestros tiempos” -dijeron los creadores.

Caulfield, productora ejecutiva del programa, no es tan conocida por los fanáticos del programa como Benioff o Weiss o como las protagonistas Emilia Clarke, Sophie Turner, y Lena Headey que hablaron maravilla de ella:

“Ella es el corazón que le da vida a la serie”, dijo Clarke.

“Es la clase de mujer que quiero ser cuando crezca”, comentó Turner.

“La verdadera Madre de Dragones”, mencionó Headey.

En esta época dorada de la televisión en la que los escritores y productores ejecutivos a cargo de una serie (o showrunners) son más conocidos que nunca, los programas siguen siendo realizados por personas que son olvidadas. “Es lo mejor que le pudo haber pasado a este programa, la verdadera estrella” -anunciaron los directores

Esto es particularmente notorio para Game of Thrones: debido a que su narrativa expansiva se desarrolla en una amplia variedad de entornos, la serie ha sido de las más complejas a nivel técnico que se ha hecho jamás. Hubo momentos del rodaje en el que había cinco unidades de filmación que operaban simultáneamente para completar a tiempo la grabación de una temporada.

La serie se volvió una sensación en parte debido a las impactantes secuencias de batallas intrincadas, gente envuelta en llamas y un que otro oso. Los escenarios de rodaje incluyeron acantilados, criptas y cuevas en Irlanda del Norte (que los llevó a adentrarse en una tormenta de nieve); la producción cerró calles en ciudades de España y Croacia para rodar motines, rebeliones de esclavos y una caminata de expiación al desnudo.

“Sin ella, todo habría colapsado hace mucho tiempo”, aseguraron Benioff y Weiss. Es ella quien mantiene unida toda la operación: supervisa todos los aspectos de la producción, planificación logística, calendario de producción y la salud y felicidad de todo el equipo. “Me encantaría ser así de importante”, dijo Caulfield en una llamada. “Pero obviamente se requiere de un equipo enorme de trabajo para ejecutar todo (…). Mi trabajo es hacer que todo lo que escriban en el papel se materialice en la pantalla”, dijo la misma haciendo que parezca tarea fácil.

A medida que escalaba en la jerarquía de la industria, trabajó con algunos de los productores más prestigiosos de Hollywood, entre ellos Michael Mann (participó en la serie Robbery Homicide Division) así como Ridley y Tony Scott (Caulfield fue parte del rodaje de The Good Wife). Pulió sus habilidades para manejar varias unidades de producción a la vez cuando trabajó en The X Files y después en el drama Big Love. Cuando estaba por terminar en 2011, escuchó acerca de una “historia medieval tipo fantasía” que se filmaría en el Reino Unido y se unió al equipo de GOT para su segunda temporada, como reemplazo de Mark Huffam.

A medida que la historia y los presupuestos crecían, de 5 millones de dólares por episodio hasta 15 millones de dólares en la octava temporada, igual lo hizo la producción. Si bien no era un objetivo explícito del programa superarse a sí mismo con cada temporada, ese fue el resultado práctico de la historia.

“Ella creó una producción que logró expandirse de manera eficaz temporada tras temporada sin perder su eficiencia ni su esencia (…). Hay tantas versiones de Game of Thrones que se habrían derrumbado por la presión de producir diez horas cada vez más monumentales de televisión en un plazo de doce meses. Prácticamente todas las versiones, menos la de Bernie”.

comentaron los creadores

Pero lo que la volvió tan querida por la gente a la que daba órdenes, en condiciones a menudo extremas, fue su “amor duro por cada persona en el programa“, dijeron Benioff y Weiss. “Ella fue como una mamá en todo el proyecto”, dijo Clarke.

Los días más agotadores emocionalmente eran los que involucraban prender a alguien en llamas. Los coordinadores de dobles para escenas de riesgo suelen decir que las caídas son las más peligrosas, pero la filmación que quedó grabada en la memoria de Caulfield fue la escena en las arenas de combate de Meereen, en la sexta temporada, cuando el enorme dragón Drogon -que en el plató es en realidad un poste largo con una pelota en la punta- quema a varias víctimas. Para la realización de la escena se usó un lanzallamas sobre una plataforma móvil que se desplazaba e incendiaba a varios dobles de acción. “Ellos dicen que no les preocupa y que les encanta hacerlo, pero yo creo que todos están locos”, comentó Caulfield.

“Puedo percibir cuando alguien no está sonriendo igual que siempre”, relató. “Sigo encontrándome con muchos miembros del equipo de filmación y los abrazo como si no quisiera dejarlos ir”, dijo. “Muchas personas sintieron que era hora de terminar la serie, pero también pienso que si hubiera continuado por otros cinco años, todos se habrían quedado otros cinco años porque significaba mucho para todos nosotros”.


Sobre Micaela Isaak

La única maratón que conozco es la de Netflix🍿 Educadora con el sueño de artista🎨📷 Qué mejor que divertirse haciendo reír🎭 22 años

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