Manhattan: Un retrato irónico sobre la era posmoderna

En una época en la que las tecnologías habían avanzado lo suficiente como para que el blanco y negro resulte absurdo, Woody Allen le quita el color a Manhattan para elevar el nivel de misticismo a la ciudad de New York y hacerla marchar sobre composiciones de George Gershwin y disparos verbales irónicos contra un snobismo que aveces él mismo parecía representar.

En 1979 Woody Allen nos trae “Manhattan”, una película que ademas de escribir y dirigir, se encarga también de protagonizar. Este film relata la historia de Isaac Davis, un guionista cómico de televisión que se entera que su ex esposa Jil (Meryl Streep) inclinada recientemente al lesbianismo, va a publicar un libro donde cuenta detalladamente la vida sexual que ambos mantenían. Este escritor cuarentón, ademas, entabla una relación con una joven de 17 años llamada Tracy (Mary Hemingway). En paralelo conoce a la amante Mary (Diane Keaton) de su mejor amigo Yale (Michael Murphy) y termina sintiéndose fuertemente atraído hacia ella.

El film es una interpretación sarcástica e irónica sobre las relaciones de pareja entre el circulo de intelectuales (formado en su mayoría por escritores y periodistas) de la ciudad de New York mientras Allen le rinde tributo a cada uno de los rincones del distrito de la romantizada Manhattan que tanto ama.

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Michael Murphy, Diane Keaton, Woody Allen and Mariel Hemingway.

Al parecer los orígenes de Manhattan tienen su germen en dos noches puntuales. La primera fue una en la que Woody se encontraba escuchando discos de George Gershwin. “Estaba escuchando un álbum con aperturas de de conciertos de Gershwin y pensé que con eso se podría hacer una película romántica en blanco y negro”.

La siguiente noche fue una en la que Allen se encontraba cenando con Gordon Willis (director de fotografía) y que en medio de la cena empezaron a hablar sobre hacer una película sobre la ciudad que tanto amaban y de experimentar con el blanco y negro.

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Woody Allen and Gordon Willis.

Sobre el film el director dijo: “Siento verdadera pasión y una gran devoción hacia la ciudad de New York y creo que en la película se la ve de la forma más hermosa que se ha visto nunca en el cine. Cuidamos mucho la fotografía y creo que es realmente impresionante”.

Curiosidades:

* Sobre el famoso banco:

Es probable que uno de los más bellos planos en la historia del cine sea aquel de Allen y Keaton sentados sobre un banco observando el amanecer frente al puente Queensboro. Incluso el blanco y negro parecía encajar con toda aquella aura poética de la escena. Sin embargo, el proceso por llegar a ese plano eterno estuvo más cerca del padecimiento que del lirismo. Partiendo del hecho de que eran las cinco de la mañana en aquel momento del rodaje y la producción tuvo que llevar un banco hasta la locación debido a que básicamente no había ninguno en esa zona.

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También tuvo que coordinarse con varias autoridades de la ciudad de New York para que las luces del puente se mantuvieran encendidas todo el tiempo, incluso cuando amaneciera del todo, para facilitar el rodaje y no perder la iluminación. Y no ayudó de mucho que minutos después de empezar a rodar todas las luces se apagaron y Allen tuvo que utilizar la única toma que había podido conseguir hasta el momento.

* Woody “polémico” Allen:

Todos conocemos aunque sea por arriba las polémicas que atormentan la vida del director estadounidense. Y aunque estas situaciones se han potenciado con el correr de los últimos años, lo cierto es que desde sus inicios la carrera de Allen ha estado cubierta por un velo de controversia.

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En el caso de “Manhattan”, la prensa se centro en el romance que mantenían el personaje interpretado por Woody, de 42 años, y Mariel Hemingway (la nieta del famoso escritor) de 17.

Una diferencia de edad que llevó a varios periodistas a generar una polémica que encontró su punto de referencia en una historia de amor en la vida real entre el mismo director y Stacy Nelkin, una chica de 17 años que había trabajado como extra en “Annie Hall”. Es decir que en cierto modo, Manhattan está basada en una historia real.

* Una extraña combinación:

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Definir “Manhattan”, como cualquier obra de Woody, es siempre un desafío. Sin embargo su director lo tiene bastante claro. Y es que Woody Allen ha repetido en varias ocasiones que su obra maestra del año 1979 no es más que una combinación de sus dos trabajos previos, “Interiores” y “Annie Hall”. Una teoría que, revisando estas tres joyas, no termina de encajar demasiado. Pero bueno, al maestro no se lo cuestiona dicen algunos…

* No tan contento:

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Si bien “Manhattan” resultó todo un éxito para la carrera de Allen, e incluso llegó a convertirse en su película más taquillera, situación no habitual en la filmografía del Newyorquino, a la hora de juzgar sus trabajos, Woody ubica a Manhattan en el apartado de las decepciones, señalando que es uno de sus trabajos “menos logrados”.

Tanta fue su frustración para con el proyecto que llegó al punto de proponer a los responsables de United Artist dirigir una película gratis a cambio de que Manhattan no viera la luz. En la actualidad Allen no ha cambiado de opinión, y asegura que en aquel momento: “lo que pensé fue; si en este punto de mi vida esto es lo mejor que puedo hacer, no deberían pagarme por hacer películas”.

El legado:

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“Manhattan” es rica en todos los aspectos posibles. Filosófico, social, visual, artístico y referencial. Es un film que parece cuidar cada detalle por más imperceptible que pueda ser para el espectador promedio. La precisión en en el uso de sombras durante los planos de escenas intimas entre los personajes y la romantización de la ciudad en las tomas con cámara fija es lo primero que nos seduce, quizás, sin darnos cuenta. Luego llegan las referencias a escritores, cineastas, y músicos, referencias a las que tan acostumbrados nos tiene el director a lo largo de su extensa obra. Casi como si para Allen la creación de la obra no se tratara solo de la invención y las ideas de un individuo particular, sino también, de todo lo que influenció hasta ese momento el alma y el cerebro creativo del artista. El uso del sarcasmo y la ironía disparándose contra las conversaciones intelectualoides forzadas y las actitudes de snobismo newyorquino se adueñan también de Manhattan dándole ese aire de superioridad desagradable que tanto amamos. “Conoces muchos genios, deberías conocer gente estúpida de vez en cuando, quizás, hasta puedas aprender algo”. Le dice el personaje de Isaac a Mary mientras caminan por la ciudad en una escena icónica. Y es que por eso resulta tan difícil hablar de la obra de Allen, ya que la mejor forma de “explicación y análisis” es disfrutar la obra misma y callarse la boca.

Sobre Enzo Lupo

Escritor: Ha publicado relatos y poemas en el fanzine "Desvaríos Absurdos" Músico: Es parte del dúo La República Joven. Actor.

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