Oscars 2018: ¡Crítica y análisis de Three Billboards Outside Ebbing, Missouri!

Con motivo de la temporada de premios, analizamos y criticamos la película con más posibilidades para el Oscar a Mejor Película…

Tres anuncios por un crimen. Tres anuncios por el asesinato de Angela Hayes, la hija de nuestra protagonista Mildred Hayes. La tercer película de Martin Mcdonagh, dramaturgo anglo-irlandés, nos cuenta la historia de una madre desesperada tras el poco esfuerzo que hace la policía frente a la muerte de su hija. Una historia que puede parecer detectivesca al principio, pero poco a poco se transforma en un drama de humor negro, desviándose totalmente del objetivo principal de la protagonista. encontrar al violador y asesino de su hija. Plagada de puntos de giro y desarrollo entre los personajes, Tres anuncios por un crimen nos muestra las diferentes personalidades de una comunidad local, en un contexto típico pero, de alguna manera, utópico del mundo real. Los crímenes, reportajes, accidentes, asesinatos, quedan todos allí, en Ebbing, Missouri. En este pueblo las leyes que rigen a los hombres son diferentes. Son humanas y no políticas. Son animales y no legales. Son, por sobre todo, injusticias sociales y humanas, subordinadas al poder y la amistad.
Martin Mcdonagh no suele decepcionar. Ya en su primer contenido audiovisual, cortometraje “Six Shooter”, se alzó con el Oscar al Mejor Cortometraje. Su próxima película, “In Bruges”, se convirtió en un hito del cine británico de humor negro, y ya definía el estilo absurdo de sus obras. En su segunda película, “7 Psychopaths”, Martin definió otra cosa: su calidad para elegir y dirigir actores. No es raro en sus obras ver repetición de actores, así como muy buenas actuaciones. Y si bien fue ignorado por la academia y compañía en sus anteriores producciones, era hora de que este director salga a la luz. Tres anuncios por un crimen cierra un ciclo para Martin Mcdonagh y nos mete de lleno en un nuevo director que busca, tal vez, mostrarnos un estilo más humano que Tarantino, más sarcástico que Paul Thomas Anderson, y tan violento como Scorsese. Martin nos muestra cuántas historias, conflictos y relaciones puede crear/destruir tres anuncios sobre un camino en el medio de la nada.
Como era de esperarse, la película logró una nominación a Mejor Montaje (Best Film Editing). La edición de una película, el montaje, es lo que define todo. Define cómo una película está hecha, cómo se cuenta su historia, y muestra también el resultado final de la combinación de todos los campos. En promedio, una película tiene más chances de ganar el Oscar a la mejor película, si está nominada en esta categoría. Mucho más si la gana. No es común que una película ganadora del Óscar no esté siquiera nominada en esta categoría, que se encarga de ser una Mejor Película B y es que el criterio que evalúa ambas categorías es similar, por no decir el mismo, ya que se encarga del producto en su totalidad. En esta categoría es importante reconocer la maravillosa edición de Baby Driver, Dunkirk, The Shape of Water y I, Tonya. Y también suponer una ganadora. Si bien Tres anuncios parece ser una de las preferidas (por no decir LA preferida) para llevarse el premio mayor, no encuentro, en este caso, una razón para que lo logre en mejor montaje. No por su calidad, que es igualmente buena como algunas de sus compañeras, sino por las otras compañeras: La competencia. Baby Driver posee un montaje sin raccord, sin transparencia, que te hace saber que estás viendo una película. Podes sentir la cámara. Parece una combinación indirecta de Griffith y Eisenstein en 1920. Dunkirk, por otro lado, Monta un escenario perfecto en la cabeza del espectador, construyendo una amenaza invisible que asusta y espanta, mezclando historias diferentes de un mismo suceso, pero nunca desenmascarando (ni por un segundo) al enemigo. Este premio pertenece a Dunkirk. Lo lamento, Martin.
El guion de Tres Anuncios también tiene su propia anécdota. Y es que no fue hasta un día típico en la carretera estadounidense que Martin vio unos anuncios por un crimen al lado de la calle. Unos anuncios, sí, por un crimen. Algo que pudo haber pasado desapercibido, llamó su atención. Y no se puede suponer si él estaba buscando inspiración, o en un contexto dramático o de catarsis. El punto es que Martin vio estos carteles, y la rabia que sintió en estos textos lo llevó a pensar en la idea. Ni él mismo sabe dónde los vio. Ni él mismo sabe sobre quién eran. Pero la rabia y el enojo que se sentía al leerlos fue suficiente para inspirarlo en los personajes de Ebbing, Missouri. El guion es, dentro de todo, uno de los fuertes de esta película. Lo definen tres cosas. La primera es los personajes. Muy bien definidos en sus personalidades, van presentando cambios alrededor de la trama, y ningún cambio se escapa ni se traduce de mala manera. Cada escena de la película logra mostrar estos cambios y dividirlos, de tal manera que ninguna escena puede ir antes que otra. La segunda razón son los conflictos. Los puntos de giro de la película son rápidos y definitorios. Cada uno cambia a la trama por completo, y no se desarrollaría de la misma manera si no fuera por los puntos de giro. Los carteles. El suicidio. El ataque a la empresa de publicidad. El despido. El incendio. El otro incendio. El final. Son todas situaciones que juegan con los personajes y los hacen cambiar y definirse constantemente. Así como a las personas, el espectador logra conocer más a los personajes a medida que avanza la trama, y no al principio como en la mayoría de las películas. No se cuenta con personajes blancos ni negros. Solo personajes con ideales y objetivos, que luchan constantemente por encontrar la felicidad. Ya sea a través del orden, la justicia o la venganza. En tercer lugar, lo que conecta a estos dos elementos, los personajes y el conflicto, no falla. El dialogo. Los diálogos muchas veces no logran demostrar la personalidad de los personajes. No obstante, los personajes de Tres Anuncios se definen mucho a través de sus diálogos. Cada uno esconde sus verdaderas intenciones a través de ellos. Es fácil identificar los ideales finales de cada personaje viendo la película por segunda vez. Es fácil saber qué va a pasar una segunda vez. Y eso está dado por la magia del diálogo, que conecta a los personajes con sus verdaderas intenciones indirectas y enmascaradas. En mi opinión, el guion posee todo lo que se necesita para ganar el premio Oscar al mejor guion. Solo dependerá de la calidad de sus contrincantes para poder lograrlo o no.
En cuanto a las categorías interpretativas, no hay mucho más que decir. Como dije antes, Martin es un genio para elegir actores y para dirigirlos. En este caso, para escribir papeles para ellos, ya que Frances Mcdormand fue su idea al escribir ese papel. Y no se equivocó. Frances da cátedra de actuación al interpretar a esta madre llena de rabia, esta madre cuya hija fue violada y asesinada. Me parece que la actuación aquí está demostrada en los puntos de giro. No es la misma actuación la de Sam Rockwell al principio de la película, que al final. No es el mismo personaje, o no se ve la misma cara del personaje. Su personalidad, sin embargo, sigue siendo la misma. Sus intenciones ocultas salen al aire y nos muestran esta nueva faceta del personaje. Es un bueno para nada, estúpido, molesto y cómodo. Sin embargo, tras el suicidio de su compañero (el maravilloso Woody Harrelson), Sam Rockwell logra cambiar esas intenciones por las verdaderas. Comienza a preocuparse, a mirar las cosas, a buscar la incomodidad y dejar de ser molesto. Se propone encontrar al asesino de Angela y hacer lo que es correcto: la justicia. El único que se interpone entre su estupidez y su madurez, era él. Ahora, más allá de las decisiones inmaduras tomadas por otros personajes, él logra salir adelante y ser quien siempre quiso ser. Y ese cambio radical en el personaje parece de una historia aparte. Pero es que el cambio no se da a los diez, ni a los veinte minutos de película. Se da a la hora. Una hora un personaje. Otra hora otro personaje. Sam Rockwell pidió el Oscar a gritos en 7 Pyschopaths, y me parece que esta es su oportunidad. Yo creo que este año tendremos el de mejor actor de reparto para Sam, lo lamentamos Woody, y el de mejor actriz para McDormand.
Tres anuncios por un crimen posee todo lo necesario para alzarse con el Oscar a la mejor película. Es solo cuestión, como siempre, de sus contrincantes y sus votantes. Los Oscars no suelen ser un juego limpio. Pero posee una trama atrapante. Personajes extremadamente bien desarrollados. Actuaciones perfectas. Una trama que sabe muy bien cuándo dar qué información al espectador y cuándo no. Y un director, a pesar de ignorado, con el suficiente orden creativo para poder crear historias inolvidables. Este director será nuevo en el negocio. Pero es momento, y él lo sabe, para que se lo reconozca por su trabajo. Fue ignorado en Mejor Director. Sus chances no son las mejores en Mejor Montaje. Merece el Oscar a la Mejor Película.

Oscars 2018: ¡TODOS LOS NOMINADOS EN ESTA EDICIÓN NÚMERO 90!

Sobre Nicolas Alan Medina

Creador de Los Pochocleros. Apasionado por el cine, las series y el teatro. Conductor de los programas Los Pochocleros, Es Un Monton y Radio Conclusión. Director general y fundador de NAM Producciones (productora de contenidos artísticos: audiovisuales y teatrales) y Musicals By Nick.

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